La cuestión social en América Latina ha sido despolitizada, desde la década de 1980, a partir de la concepción de las carencias que impuso los enfoques prevalecientes sobre pobreza. Si bien posteriormente, por la importancia adquirida por la problemática de la desigualdad, la cuestión del poder no pudo ser soslayada, se impuso una mirada que ha limitado la comprensión de la conflictividad. En el presente texto y a partir de una propuesta alternativa para abordar las desigualdades, donde poder y conflicto ganan protagonismo, se busca re-politizar lo social. Al respecto, se abordan dos conjuntos de problemáticas. El primero tiene que ver con las dinámicas de desempoderamiento profundo que ha generado el nuevo modelo de acumulación globalizado, sustento del orden (neo)liberal, y que ha llevado a que una parte no despreciable de los sectores subalternos se vean arrinconados en situación de marginación social. El segundo es que, a pesar de ello, hay respuestas de estos sectores para resistir ese desempoderamiento e incluso revertirlo de manera parcial. Entre estas respuestas se ha destacado: la violencia, la migración, la religiosidad y la acción colectiva. Se concluye con reflexiones sobre la pertinencia de pensar las desigualdades desde esta perspectiva para ver como lo social, con el orden (neo)liberal, se ha re-politizado de manera amplia y profunda.