Recepción: 4 de marzo de 2021
Aceptación: 21 de junio de 2021
Dos destacados estudiosos de las regiones como son Andrés Fábregas y Pedro Tomé, dialogaron sobre cómo llegaron al estudio de las regiones y cómo colaboraron para trabajar juntos en el estudio de algunas. Ambos comenzaron estudiando comunidades: Andrés en los años sesenta y Pedro en los ochenta. Sin embargo, por “imposición de la realidad”, como señala Pedro, pasaron al estudio de las regiones. Observaron cómo las comunidades tenían relaciones comerciales, de parentesco, festivas y simbólicas más allá de sí mismas. Así, se enfocaron en la red de relaciones que se forma independientemente de las divisiones administrativas.
Pedro Tomé ha estudiado regiones en el valle del Corneja, en el alto valle del Alberche y en la sierra de Gredos, en la provincia de Ávila, España. Asimismo, ha escrito sobre los Altos de Jalisco y la Gran Chichimeca en México. Otro tema de su interés ha sido la relación entre naturaleza y cultura, con su consecuente reflexión desde una antropología ecológica y la ecología cultural. Parte de su trabajo lo ha desempeñado en su calidad de miembro del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en Madrid. Es director de la revista de antropología Disparidades, un importante punto de difusión para la disciplina.
Andrés Fábregas ha destacado en su estudio de regiones en los estados de Jalisco, Morelos, Veracruz y Chiapas. A lo largo de su vida ha tenido la oportunidad de colaborar y aprender con destacadas personalidades de la antropología hecha en México, como Guillermo Bonfil, Ángel Palerm, Pedro Carrasco y Johanna Faulhaber. También ha sido sobresaliente su labor como gestor en la fundación de redes, colegios, revistas, instituciones, centros de investigación y programas de estudios del área de ciencias sociales, una labor poco reconocida en la evaluación que hacen las instituciones oficiales de las trayectorias académicas. Además de sus trabajos sobre las regiones, ha escrito acerca de temas de frontera, ecología cultural, la Gran Chichimeca y el futbol. En éste, es aficionado del Club Guadalajara. Actualmente se desempeña como investigador en el Ciesas Occidente.
Pedro Tomé y Andrés Fábregas, en los años noventa, convergieron en el estudio de los Altos de Jalisco en México y la sierra de Ávila en España. Les llamó la atención el paisaje en común entre ambas regiones, y ese paisaje, construido por la actividad humana, podría revelar procesos similares. De tal encuentro surgieron interesantes publicaciones.
Ambos son ejemplo de lo valioso de hacer investigación en equipo, una situación poco favorecida por la tendencia a hacer investigación de forma individual, pues las instituciones evalúan por lo común el desempeño personal. En el diálogo cuentan cómo son útiles las entrevistas en pareja, especialmente cuando uno de los dos es extranjero y puede hacer las preguntas incómodas: en su caso, sobre la rebelión Cristera en los Altos de Jalisco o la Guerra Civil española en la provincia de Ávila.
Después de terminadas las investigaciones, si es que se puede hablar de un término, quedan varias anécdotas del trabajo de campo; del total de hechos vividos, queda un cúmulo de historias para contar. Éstas, más allá de lo atractivas o interesantes que resulten, son reveladoras de los procesos históricos de los que los sujetos participan. Son evidencias puntuales de otros fenómenos. Por ejemplo, Pedro relató las diferencias habidas al entrevistar junto con Andrés a un sacerdote en los Altos de Jalisco y otro en un pueblo de la provincia de Ávila. Cómo y dónde sucedieron las conversaciones les señaló el papel de la Iglesia y su posición en la sociedad en ambas regiones.
Pedro y Andrés hablaron sobre las formas de interactuar al indagar en las regiones: tomar cervezas, jugar a las cartas, saber contar chistes y otras formas para acercarse a las personas bajo estudio para departir, jugar y reír con ellas, y al mismo tiempo permearse de su cultura y conocerlas. De esas interacciones surgen afectos y relaciones de amistad. Son convivencias al calor de un fogón en que cada investigador “debe aceptar cierta alteración de su visión del mundo”, como señaló Andrés. Una interculturalidad de ida y vuelta.
Estos afectos parecen ocultarse por un temor de que la investigación pierda méritos porque no se es objetivo. Pedro señaló que investigar no está peleado con hacer amigos. Habló del “doble extrañamiento” que sucede al investigar, donde no solo se sorprende de lo que se ve sino de cómo el investigador observa. También apuntó las diferencias en los procesos de producción y los procesos de expresión.
Los entrevistados comenzaron en comunidades y pasaron a las regiones. A ellas han vuelto distintas veces, lo cual les ha permitido observarlas a la distancia y reflexionar sobre lo investigado con ojos nuevos. Vuelven a la región ya que, como señala Andrés, la formación de antropólogo no cesa hasta que se va de este mundo. Así, se lleva siempre lo experimentado en el campo. Hay una región vivida que acompaña al investigador permanentemente.
Rafael Omar Mojica González es doctor en Ciencias Sociales por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social sede Occidente, maestro en Historia (Estudios Históricos Interdisciplinarios) por la Universidad de Guanajuato y licenciado en Sociología por la Universidad de Guadalajara. Ha trabajado la región de los Altos de Jalisco desde distintos aspectos. Comenzó con temas de historia económica regional y demografía histórica, posteriormente agregó cuestiones de identidad étnica, interpretaciones sobre los orígenes de los habitantes y racismo.
Pedro Tomé ha estudiado regiones en el valle del Corneja, en el alto valle del Alberche y en la sierra de Gredos, en la provincia de Ávila, España. Asimismo, ha escrito sobre los Altos de Jalisco y la Gran Chichimeca en México. Otro tema de interés ha sido la relación naturaleza y cultura con su consecuente reflexión desde una antropología ecológica y la ecología cultural. Parte de su trabajo lo ha desempeñado en su calidad de miembro del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Madrid. Es director de la revista de antropología Disparidades, importante foco de difusión para la disciplina.
Andrés Fábregas Puig es etnólogo con especialidad en etnohistoria y con el grado académico de maestro en Ciencias Antropológicas en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, doctor en Ciencias Antropológicas en el ciesas-México. Es miembro fundador del Departamento de Antropología de la uam-Iztapalapa y del ciesas-Sureste, y de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, además de contribuir en la reorganización del Instituto Chiapaneco de Cultura. Ha sido profesor de antropología en varios países de América Latina, en España y en universidades mexicanas. Ha publicado libros, ensayos, artículos, reseñas y textos de divulgación; es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.