Recepción: 19 de febrero de 2020
Aceptación: 24 de febrero de 2020
Susana Andrade es una antropóloga ecuatoriana que se doctoró en Antropología Social en París, en la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales. Ha sido profesora visitante en Francia y profesora investigadora en difentes universidades de Ecuador. Ahora es catedrática de antropología en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Sus investigaciones han girado alrededor de la conversión al protestantismo de kichwas de la provincial del Chimborazo, las identidades religiosas y su relación con el comportamiento político. Además ha trabajado sobre políticas culturales, el patrimonio inmaterial y la antropología en Ecuador.
Después de su exposición en el seminario de calas, Susana Andrade aceptó hablar con el equipo de Encartes para ponernos al día de los sucesos acaecidos en su país entre el 2 y el 13 de octubre del año pasado, cuando la emisión por el presidente Lenin Moreno del decreto 883 sobre la eliminación del subsidio a la gasolina provocó una serie de protestas que acabaron en un levantamiento en contra de las políticas neoliberales.
Combinando su papel de testigo, participante y analista de lo vivido, nos narró los hechos que desencadenaron las protestas y pasó a destacar el papel no previsto de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (conaie) en los hechos, y la importancia de la participación de los jóvenes en esta toma de postura de la organización, aun bajo los efectos de la política de acoso por parte de Rafael Correa.
Después la doctora Andrade analiza y pondera positivamente varias veces el desenlace de los hechos: ante la violencia que se estaba desatando en el país, “hubo mucha madurez” por parte de los actores que decidieron aceptar la solución propuesta desde la presidencia.
Como resultado a destacar de estos hechos, nuestra entrevistada señala la importancia del relevo generacional que se dio por ejemplo en la conaie y considera que el conflicto no se ha cerrado, pues prevalece una incomunicación entre los actores políticos que ella califica de “interculturalidad fallida”.