Recepción: 23 de febrero de 2023
Aceptación: 31 de marzo de 2023
La horizontalidad en las instituciones de producción de conocimiento: ¿perspectiva o paradoja?
Sarah Corona Berkin (coord.), 2022 CALAS-Gedisa, México, 328 pp.
Hace más de dos décadas, la doctora Sarah Corona Berkin planteó un poderoso concepto que cuestionaba los métodos convencionales de producción de conocimiento, mediante el cual buscaba transformar las relaciones coloniales y heteronómicas de investigaciones cargadas de violencia simbólica por métodos dialógicos de investigación horizontal. Esta propuesta abrevaba en su experiencia de acompañamiento y construcción de saberes con comunidades wixaritari en Jalisco y Nayarit.
La producción horizontal de saberes, más que una propuesta teórico-metodológica, constituye una forma de producción dialógica de conocimiento, de relaciones humanas y de opciones incluyentes del mundo frente a las perspectivas vampíricas y extractivistas que consideran a las y los sujetos como objetos de estudio o desubjetivizados y apropiados como informantes. Así pues, la producción horizontal deconocimiento busca comprender, interpretar y transformar las condiciones sociales desde la relación dialógica de las diversas voces, miradas y saberes que participan en realidades situadas y asume que una sola perspectiva es incapaz o insuficiente para lograrlo.
La construcción horizontal de conocimientos es un proceso contextual, dialógico y situado que busca una producción colectiva de saberes, en el que todas y todos están presentes desde lugares que no corresponden a las posiciones ni lenguajes originales, sino desde un diálogo mutante de apropiaciones y recreaciones que modifican y amplían los horizontes individuales y colectivos de comprensión, interpretación y participación, evitando la trampa política de intentar conocer a otras y a otros sin su participación.
Desde estos primeros planteamientos, se articuló un destacado colectivo de investigadores que fortalecieron la perspectiva investigativa dehorizontalidad mediante la Red de Producción Horizontal de Conocimiento, en la que participan coautores de esta obra que han escrito textos importantes como Entre voces… Fragmentos de educación “entrecultural”, de Sarah Corona Berkin (2007), que se basa en las experiencias educativas entre profesores indígenas wixaritari y mestizos occidentales sobre la comunicación “entrecultural” y la educación de temas actuales y relevantes para los jóvenes con un posicionamiento que nombra las relaciones políticas entre sujetos distintos y desiguales en el espacio público.
Otro libro que abona en esta línea es Ver con los otros. Comunicación intercultural de Jesús Martín Barbero y Sarah Corona Berkin (2017), que incide en los debates académicos preocupados por el papel del campo científico en la (re)producción del orden colonial y la desigualdad social, mediante una plataforma crítica sobre la hegemonía de Occidente y los modos de ver a través de su ciencia y su tecnología, en los que la construcción de la imagen se define por el contexto cultural y su incidencia en el lugar social de las personas.
La vigilancia epistémica y la doble hermenéutica enmarcan el entramado dialógico de Ver con los otros, que contiene una acendrada convicción de que se investiga para prefigurar un mundo mejor y requiere que todas y todos participen en la definición de esa compleja estructura dialógica que define lo que he llamado la condición emtic, en la que se vulneran y desdibujan las fronteras entre lo etic y lo emic: el adentro y el afuera, el investigador que investiga y el objeto de estudio, el yo normalizado y el otro exótico, el conocimiento legitimado y los saberes proscritos.
Otra obra colectiva que antecede al libro objeto de esta reseña es Horizontalidad. Hacia una crítica de la metodología, editado por Inés Cornejo y Mario Ruffer (2020), que hace una crítica epistemológica sobre la producción de conocimiento que se propuso igualar los términos del diálogo entre investigadores e investigados y ver, desde la metáfora espacial, que la palabra invoca y el horizonte está siempre más allá.
Más que presentar el recorrido trazado desde los ejes temáticos definidos por el libro reseñado, que implica conocimientos personales que los autores han experimentado en las instituciones, los textos abordan las expresiones periféricas, residuales o emergentes de producción de conocimiento que expresan y resisten el peso normalizador, jerárquico y avasallante de las instituciones, reconociendo los límites institucionales que limitan o facilitan la producción de nuevo conocimiento.
La perspectiva reflexiva, crítica e iluminadora de esta obra se apoya en la implicación de sus autores en los entramados institucionalesque interpretan las formas coloniales de producción de saberes, las relaciones institucionales burocráticas y disciplinantes, así como la apuesta por visibilizar otras condiciones posibles desde la producción horizontal de saberes orientados a la conformación de proyectos decoloniales y democráticos más igualitarios y participativos.
Las cuatro secciones que conforman este libro corresponden a una taxonomía de instituciones productoras de conocimiento imaginadas como realidades potenciadas por la incorporación de formas horizontales en sus funcionamientos. Estas secciones clasificatorias son identificadas por Sarah Corona Berkin y María del Carmen de la Peza en la “Introducción”, ya que toman en consideración el debate a partir de las experiencias internacionales para la producción de conocimiento, las instituciones que tienen como objetivos principales financiar, desarrollar y comunicar producción de conocimiento nuevo; experiencias institucionales estatales que tienen como fin producir conocimiento para la mejor convivencia pública y la burocracia como condición de existencia de las instituciones del Estado moderno.
La apuesta horizontal por establecer métodos de producción de conocimiento se inscribe en una perspectiva humanista que busca evitar la desubjetivación de quienes participan en el diálogo germinal de saberes, a quienes frecuentemente se reduce a cosas u objetos, se niega su interlocución, se degradan sus conocimientos o se reducen a insumos para metainterpretaciones validadas desde los desvencijados y cansinos códigos que sostienen el sistema disciplinario de las ciencias sociales.
El método horizontal de producción de conocimiento pretende transformar el saber-poder en poder-saber y poder-conocer. Esta propuesta está inscrita en las zonas de contacto entre saberes, actores y situaciones sociales diferentes y desiguales, por lo cual debe cumplir una función estratégica de deconstrucción de los poderes que producen, reproducen, estructuran e instituyen esas relaciones desiguales y subalternas. La deconstrucción horizontal de poderes permite desnudar la apariencia de objetividad y la asepsia metodológica que encubren el papel de las perspectivas heteronómicas en la reproducción del orden social, sus entramados ideológicos y los poderes que lo mantienen y reproducen.
Resulta interesante analizar los textos que componen esta obra en clave de deconstrucción horizontal de conocimientos y poderes inter e intrainstitucionales de acuerdo con las pistas, experiencias y propuestas que realizan sus autores, como ocurre con los entramados de poder-saber inscritos en las relaciones y proyectos de cooperación internacional analizados por Gabriela Sánchez Gutiérrez y Raúl Cabrera Amador en “Instituciones internacionales. Horizontalidad e instituciones de cooperación internacional”; en “Algunas rutas para descolonizar la investigación internacional: desandando el poder en sentido contrario” de Renée de la Torre, así como en “Horizontalizar las Naciones Unidas: la experiencia de los pueblos indígenas” de Jochen Kemner.
En La horizontalidad en las instituciones de producción de conocimiento: ¿perspectiva o paradoja? se interrogan de manera crítica los funcionamientos, organización, criterios y entramados de poder que definen la acción de las instituciones dedicadas a generar, organizar y administrar la producción de conocimiento científico, como se aprecia en el texto de María del Carmen de la Peza Casares: “La horizontalidad en las instituciones de financiamiento a la ciencia: el caso del Conacyt México”; o en “Las instituciones de divulgación científica en México: mover el eje comunicativo hacia la horizontalidad” de Mario Andrés De Leo Winkler.
También se incursiona en interpretaciones sobre las jerarquías y estructuras de poder-saber y los dispositivos biopolíticos que definen el funcionamiento y las relaciones asimétricas en instituciones de salud, culturales, psiquiátricas y judiciales, como las que se encuentran en “La horizontalidad en las instituciones de salud” de Beatriz Nogueira Beltrão y Carlos Alberto Navarrete; en “Instituciones estatales. Requerir cultura, administrar el mito: paradojas de la horizontalidad en instituciones culturales estatales” de Mario Rufer y Maai Ortiz y en “De cómo reciprocar” de María G. Lugones.
Asimismo, Sarah Corona Berkin, en el capítulo “La cuarta reforma de los libros de texto gratuito. Un proceso horizontal”, ofrece una importante interpretación de los ejes conceptuales y la razón política que organiza a los libros de texto gratuito desde una perspectiva crítica, diacrónica y transexenal. Finalmente, en “Democracia traspapelada. Hacia una crítica de la tramitología realmente existente”, David Bak Geler hace una aguda reflexión sobre la incomodidad que generan los entrampados mundos burocráticos –identificados como instancias protectoras de intereses colectivos– a los integrantes de las clases altas y grupos de poder, para quienes las mediaciones burocráticas devienen en estorbos farragosos, debido a que se encuentran acostumbrados a imponer sus voluntades e intereses sin obstáculos, molestias o regulaciones.
Más allá de los proyectos de investigación y las redes académicas generadas, la Red de Producción Horizontal de Conocimiento devino en el Programa de Investigación Científica, a la Imre Lakatos, en el que una perspectiva teórico-conceptual organiza campos investigativos de largo aliento que articulan diversas investigaciones y conforman una plataforma heurística y dialógica de investigación-acción e incidencia, hecha desde relaciones de horizontalidad en el proceso de investigación-transformación entre sujetos que trastocan la relación investigador e investigado en la generación de conocimientos, proceso que también incide en procesos de cambio de sus entramados proxémicos.
Recomiendo ampliamente La horizontalidad en las instituciones de producción de conocimiento: ¿perspectiva o paradoja?, pues lo considero imprescindible para investigadores y personal docente interesados en la construcción de procesos investigativos que busquen incidir en la realidad social para transformarla en un mejor lugar para vivir, más incluyente, más democrático y más feliz.
Corona, Sarah (2007). Entre voces… Fragmentos de educación “entrecultural”. Guadalajara: Universidad de Guadalajara.
Barbero, Jesús Martín y Sarah Corona Berkin (2017). Ver con los otros. Comunicación intercultural. México: fce.
Cornejo, Inés y Mario Ruffer (eds.) (2020). Horizontalidad: hacia una crítica de la metodología. Buenos Aires: clacso; México: Centro de Estudios Latinoamericanos Avanzados (calas).
José Manuel Valenzuela Arce, profesor investigador emérito de El Colegio de la Frontera Norte e investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores (sni) del Conahcyt. Es doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Sociología por El Colegio de México y doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Baja California. Sus obras han sido pioneras y de gran importancia para la comprensión de los procesos socioculturales que definen a la frontera México-Estados Unidos, los estudios culturales latinoamericanos, las culturas populares y los movimientos juveniles en América Latina y Estados Unidos. Sus libros más recientes son: La danza de los extintos. Juvenicidio, violencias y poderes sicarios en América Latina. México: udg/colef, 2022; y Cuchumá. La montaña sagrada de Tecate. México: Gedisa/colef, 2022. Actualmente realiza una estancia sabática de investigación en la Universidad Autónoma de Baja California, Instituto de Investigaciones Culturales-Museo.