Recepción: 13 de marzo 2017
Aceptación: 20 de abril 2017
Historia del Reino de la Nueva Galicia
Thomas Calvo y Aristarco Regalado Pinedo (coords.), 2016 Universidad de Guadalajara, México, 877 pp.
La obra abre con un prólogo de Izcóatl Tonátiuh Bravo Padilla, Rector General de la Universidad de Guadalajara, una presentación de Carlos Antonio Villa Guzmán y José Trinidad Padilla López y finalmente una introducción de los coordinadores, Thomas Calvo y Aristarco Regalado Pinedo.
El cuerpo de la obra se divide en seis partes. La primera parte, “Los primeros actores”, consta de dos textos: “Un actor ineludible: entre sierras y cuencas”, de Thomas Calvo y Paulina Machuca, y “La cultura nativa (1300-1750)”, de Joseph B. Montjoy.
La segunda parte, “Conquista y asentamiento del Reino de la Nueva Galicia (1524-1570)”, consta de cuatro textos: “El preámbulo de la conquista (1524-1570)” de Aristarco Regalado Pinedo; “Una conquista a sangre y fuego (1530-1536)” de Aristarco Regalado Pinedo; “La primera regionalización (1530-1570)” de Salvador Álvarez y “La Guerra Chichimeca” de Salvador Álvarez.
Tercera parte: “Una lenta construcción del Reino”. Consta de los siguientes textos: “El servicio del Rey y de Dios: institucionalización en el siglo XVI”, de Celina Becerra Jiménez; “Fundaciones religiosas en el siglo XVI: el clero secular”, de José Refugio de la Torre Curiel y Laura Fuentes Jaime; “El Norte lejano o la nueva frontera”, de Chantal Cramausel; “Elite y sociedad en la segunda mitad del siglo XVI”, de Thomas Hillerkus, y “Un universo humano en implosión en pleno siglo XVI”, de Thomas Calvo.
Cuarta parte: “La consolidación del Reino: El gran siglo XVII”. Consta de los textos siguientes: “Tierras, minas y crecimiento demográfico”, de Celina Becerra Jiménez y Aristarco Regalado Pinedo; “La consolidación de una capital: Guadalajara”, de Celina Becerra Jiménez y Aristarco Regalado Pinedo; “Trayectorias de luz y sombras”, de Thomas Calvo; “Fundaciones y prácticas religiosas (siglos XVII y XVIII)”, de José Refugio de la Torre Curiel y Laura Fuentes Jaime; “Zacatecas: Norte Imperial”, de Jaime J. Lacueva Muñoz y “Campos, pueblos y villas”, de Águeda Jiménez Pelayo.
Quinta parte: “Tiempos de Ilustración”. Consta de los siguientes textos: “La evolución de la población en el siglo XVIII”, de Lilia V. Oliver Sánchez; “Crisis demográficas y epidemias”, de Lilia V. Oliver Sánchez e “Influencias Ilustradas: reformas y transformaciones”, de María Pilar Gutiérrez Lorenzo y Rebeca Vanesa García Corzo.
Sexta parte: “Hacia el final de la Nueva Galicia”, que contiene de los siguientes textos: “De Reino a intendencias y a Diputación Provincial”, de David Carvajal López; “La insurgencia en Zacatecas. 1809-1821”, de Martín Escobedo Delgado y “La insurgencia en Guadalajara y el final del Reino”, de Jaime Olveda Legazpi.
Cierran la obra el glosario, índice de mapas y cuadros, índice onomástico, siglas de los archivos y bibliotecas, bibliografía general y una nota sobre los autores. En total, 877 páginas escritas por 18 historiadores, divididas en 23 capítulos. Las instituciones de procedencia de los autores son la Universidad de Guadalajara, El Colegio de Michoacán, El Colegio de Jalisco, la Universidad Autónoma de Zacatecas y la Universidad de Valparaíso.
La historia del Reino de la Nueva Galicia forma parte del proceso de expansión de Europa occidental, la modernización y el capitalismo, bajo la forma del colonialismo. Asimismo, forma parte de los procesos de descolonización en general y de la formación de la nación mexicana y el Estado nacional mexicano en particular.
Los textos que componen la obra documentan lo anterior, describen los resultados de la empresa colonial que se prolongó tres siglos, la expropiación de las tierras a sus dueños originarios, la disrupción de los territorios y la forja de nuevas realidades regionales, la evangelización y por supuesto, la resistencia anticolonial de la que ya es un icono la guerra del Mixtón.
La historia del proceso colonial en lo que hoy llamamos América Latina y el Caribe se inicia en la parte insular situada en ese mare nostrum, ese mar entre tierras del Nuevo Mundo. Es la Corona de Castilla la que encabeza la expansión que dará paso a la instalación del primer reino en las nuevas tierras: el de la Nueva España, instituido el 22 de octubre de 1523. La Nueva Galicia fue el segundo Reino Indiano, creado en enero de 1531. En 1548 se instaló la Audiencia en Compostela, mientras que en 1549 se creó el obispado. En la introducción del libro se anota todo ello y se advierte que el propósito de la obra es explicar este proceso. Así también, la introducción se adelanta en comentar la historiografía del Reino de la Nueva Galicia, lo que constituye una información relevante para el lector, aun aquel lego en el oficio o el conocedor de los temas que involucra. Muy sugerente, la introducción plantea la cuestión regional que aparece ya en la obra de Matías de la Mota Padilla en 1742 y es continua hasta nuestros días. Que el lector juzgue si esta novedosa Historia del Reino de la Nueva Galicia tiene o no una vocación regionalista. Una pregunta surge –entre otras tantas– de la lectura de esta introducción: ¿existió una común identidad neogallega? Y si así sucedió, ¿qué fue de ella?, ¿tiene lo anterior relación con la reconfiguración territorial de lo que fue el Reino de la Nueva Galicia?
En la sección de la introducción titulada “El correr del tiempo”, los autores y a la vez coordinadores de la obra ofrecen una información minuciosa sobre el contexto de cada uno de los 23 capítulos. Es un ejercicio que beneficia al lector, que así está en la posibilidad de recorrer la obra desde las perspectivas que más le interesen.
En la primera parte de la obra, “Los primeros actores”, llama la atención la información acerca del hacer una nueva ecología cultural en una geografía desconocida por los invasores. ¿Dejó este actuar sobre el medio ambiente huellas de identidad? O mejor, ¿fue ello el prolegómeno de la elaboración de identidades regionales?, ¿se dibujaron los mapas y los croquis fuera del sentimiento de pertenencia a los nuevos paisajes?
El hilo sigue con la discusión de la situación cultural nativa. Salta a la vista una constante: la variedad de la cultura en lo que es hoy el Occidente de México, variedad que está presente desde épocas anteriores a la conquista, se manifiesta en el Reino de la Nueva Galicia y desemboca en nuestra días. La convivencia del sedentarismo y el nomadismo como manifestaciones de ecologías culturales distintas arroja mayor complejidad a la variedad de las culturas, resaltando la importancia de la sal y las interconexiones que provoca. Las características locales son diversas tanto en paisajes como en ecologías culturales, delineándose la emergencia de las futuras regionalizaciones que tendrán realidad en el periodo colonial. Una visión amplia pero a la vez detallada de la variedad de culturas en un territorio de 250 000 kilómetros cuadrados está documentada en esta parte de la obra. El enfrentamiento de los linajes, jefaturas, clanes, y los diversos niveles de la organización sociopolítica local con los castellanos fue devastador.
En la segunda parte de la obra, “Conquista y asentamiento del Reino de la Nueva Galicia (1524-1570)”, se narra el preámbulo de la conquista (1524-1529). Aspectos a resaltar en esta parte inicial de esta sección de la obra son: 1. La emergencia de las relaciones patrón-cliente, base de los grupos egocentrados que caracterizan en la actualidad la anatomía de la política en México; 2. El peso de los factores personales en la lucha por el poder, aspecto que llega hasta nuestros días; 3. Las raíces de las intrincadas relaciones entre la Iglesia católica y el poder político en México.
Se delinean los conflictos que recorren las relaciones entre la Nueva Galicia y la Nueva España, que se mantuvieron durante todo el periodo colonial. Se observa que esos conflictos se iniciaron con las rencillas enconadas por hacerse del poder entre Nuño de Guzmán y Hernán Cortés. También están en esta parte informados los factores que inducen a la crueldad extrema, a la violencia y las disrupciones de la personalidad en los ámbitos creados en la lucha por el poder. La violencia es tal que ahora se entiende mejor aquel texto escrito por Bartolomé de las Casas, Breve descripción de la destrucción de las Indias. Es la violencia del colonialismo que volverá a manifestarse en los colonialismos internos una vez creados los Estados nacionales. Estamos ante una empresa para ejercer la violencia y expropiar los recursos básicos de los pueblos nativos, con cálculos de aportes y ganancias, como lo había apuntado José Miranda en El papel del encomendero en los inicios del régimen colonial. Ejemplo tétrico de ello: la campaña que emprendió Nuño de Guzmán contra los teúles-chichimecas, que terminó en una catástrofe militar y política. En contraste, llama la atención que la Nueva Galicia haya nacido de cara al mar, en un país como el nuestro que justo vive de espaldas al océano.
En el tratamiento de la primera regionalización (1530-1570) se observa la importancia de los contingentes de indios aliados a los castellanos, provenientes del centro de la Nueva España. Abunda este texto en información que hace aún más comprensible la importancia de los grupos clientelares y cómo se remontan a los añejos modelos de organización de las compañías medievales de comercio y guerra. Me parece interesante observar cómo la distribución de las encomiendas en el territorio naciente de la Nueva Galicia señala, a grandes rasgos, la frontera entre sedentarismo y nomadismo, resaltando de nuevo la variedad de las ecologías culturales. Asimismo, no debe pasar inadvertidos el importante papel de la renta de la tierra en forma de tributo en los comienzos del régimen colonial y las consecuencias de ello en la configuración de la sociedad. A la par, es necesario aquilatar lo que también se señala en esta parte de la obra, y es lo que significó la presencia y desplazamiento por toda la Nueva Galicia del ejército que llevó consigo el virrey Antonio de Mendoza, que eliminó y dispersó a la población originaria, aun pasada la guerra del Mixtón. Me parece que este capítulo está aún abierto. Incluye un estudio comparado de la pintura de 1550. Bien se señala en este texto que dicho documento cartográfico manifiesta la primera especificación de la Nueva Galicia como una macrorregión.
Muy sugerente resulta en esta segunda parte del libro la demostración de la formación de los tres conjuntos territoriales que se distinguirán en la Nueva Galicia del siglo XVI y que, a mi juicio, forman el embrión de las regionalizaciones posteriores: la costa, el sur-oeste de Zacatecas, y Guadalajara y su región. Es excelente la revisión que se hace de la guerra chichimeca y la discusión de los aportes de Powell, para concluir que la paz no fue nunca una realidad.