Recepción: 10 de enero de 2025
Aceptación: 12 de enero de 2025
Las movilidades y las migraciones son fenómenos inherentes a la historia de la humanidad, pero en el contexto contemporáneo se presentan con una complejidad y diversidad de dimensiones que suelen desafiar las capacidades analíticas de las ciencias sociales. Estos fenómenos no solo responden a crisis estructurales –como las desigualdades socioeconómicas y los conflictos políticos–, sino también a procesos como la globalización, el cambio climático y la tecnologización de las comunicaciones. La migración, entendida como un proceso multifacético, abarca aspectos que van desde lo económico y lo político hasta lo cultural, lo religioso y lo tecnológico, elementos que están en constante interacción.
Este dosier tiene como objetivo principal contribuir al análisis crítico de las rutas, experiencias y redes que configuran la movilidad migratoria en la región. En particular, enfatiza la intersección entre las fronteras geográficas, entendidas como límites estatales y también como espacios de interacción y tensión; las tecnologías digitales, que han reconfigurado las estrategias y narrativas de los migrantes; las estrategias de agencia individual y colectiva que emergen frente a contextos de vulnerabilidad; así como los marcos estructurales que moldean, restringen o facilitan las trayectorias migratorias.
Este volumen se centra en los corredores migratorios que atraviesan América Latina, con especial hincapié en las rutas que conectan el Tapón del Darién con la frontera norte de México. Estas rutas, aunque reconocidas por su peligrosidad y la vulnerabilidad que implican para quienes las transitan, también son escenarios de resiliencia, adaptación y creatividad. Los textos aquí reunidos examinan, desde perspectivas interdisciplinarias, los procesos de migración forzada y sus implicaciones en términos de derechos humanos, economías emergentes y redes transnacionales de apoyo. Al mismo tiempo, se subraya la relevancia de metodologías innovadoras, como la etnoencuesta y los sistemas de información geográfica (sig), que son una muestra de las dinámicas migratorias contemporáneas.
El fenómeno migratorio en América Latina se encuentra condicionado por una combinación única de factores que interactúan de manera dinámica y compleja. En primer lugar, la configuración geopolítica de la región –caracterizada por una red de fronteras que no solo delimitan espacios estatales, sino que también funcionan como zonas de intercambio cultural y económico– define las trayectorias de los migrantes y las experiencias que acumulan en su desplazamiento. Estas fronteras, más que simples líneas divisorias, se convierten en espacios de tensión y negociación, donde los migrantes enfrentan controles estatales, pero también encuentran apoyo y solidaridad.
En segundo lugar, los cambios en las políticas migratorias y de seguridad, implementados tanto en los países de origen como en los de tránsito y destino, han modificado significativamente el panorama migratorio. Estas transformaciones, impulsadas por una combinación de intereses políticos, económicos y de seguridad, han intensificado los riesgos asociados al desplazamiento, incluyendo la exposición a redes de trata, violencia y explotación. Al mismo tiempo, dichas políticas han llevado al surgimiento de nuevas rutas y estrategias migratorias, a menudo más peligrosas y menos visibles, que los migrantes adoptan para sortear las barreras impuestas.
Por último, la irrupción de las tecnologías digitales y los medios sociales ha transformado radicalmente la forma en que los migrantes organizan, documentan y experimentan sus travesías. Las plataformas como WhatsApp, Facebook y TikTok se han convertido en herramientas clave para compartir información, formar comunidades virtuales y coordinar movimientos, redefiniendo las estrategias migratorias y ampliando las posibilidades de agencia individual y colectiva. Sin embargo, esta “migración digitalizada” también trae consigo nuevos desafíos, como la vigilancia, la desinformación y la explotación digital, que impactan de manera directa en la seguridad y bienestar de los migrantes.
Así pues, este dosier se articula en torno a seis contribuciones que reflejan la amplitud y profundidad de las temáticas migratorias en América Latina. El primer capítulo, “Del Tapón del Darién al de Tapachula” de la autoría de América A. Navarro López y Alberto Hernández Hernández, analiza las nuevas rutas migratorias y las estrategias de los migrantes para sortear los controles fronterizos; destaca la percepción de Tapachula como una “ciudad prisión”. El segundo capítulo, “Medios sociales y plataformas digitales en la travesía migratoria”, escrito por Alberto Hernández Hernández, Carlos S. Ibarra y Arturo Fabián Jiménez, examina el impacto de las tecnologías digitales en la organización y documentación de las experiencias migratorias, que revela tanto las oportunidades como los riesgos asociados a la digitalización. Por su parte, Abbdel Camargo e Iván Porraz, en “Etnografía de la ruta migrante”, ofrecen un análisis detallado de los “caminantes” que transitan por la carretera costera de Chiapas, explorando las formas en que la información y la experiencia acumulada configuran las trayectorias migratorias. En el cuarto capítulo, en “Devociones en tránsito”, Blanca Mónica Marín Valadez aborda las expresiones religiosas de los migrantes como estrategias simbólicas de resistencia y construcción de comunidad en un contexto de vulnerabilidad extrema. El siguiente capítulo, “Procesos migratorios y redes de albergues en México” de Rafael Alonso Hernández, explora el papel de las organizaciones de la sociedad civil en la provisión de espacios humanitarios y en la construcción de redes de apoyo para las poblaciones migrantes en tránsito. Finalmente, Jéssica Nájera, en “Venezolanos en Costa Rica”, utiliza la etnoencuesta como herramienta metodológica para explorar las experiencias de los migrantes venezolanos en San José y destacar la complejidad de los ajustes familiares y las redes sociales en el contexto migratorio.
Los hallazgos presentados en estos textos permiten avanzar en el conocimiento sobre la migración y se constituyen también en una base sólida para la formulación de políticas públicas que reconozcan la humanidad y la agencia de las personas migrantes. Este esfuerzo por integrar perspectivas interdisciplinarias y datos empíricos subraya la necesidad de ampliar las colaboraciones entre investigadores, activistas, formuladores de políticas y comunidades migrantes para abordar los retos y oportunidades de este fenómeno global.
En un momento histórico en el que la movilidad humana está cada vez más condicionada por las crisis climáticas, las desigualdades socioeconómicas y las tecnologías emergentes, es imprescindible hacer un análisis que trascienda los enfoques tradicionales y permita vislumbrar las posibilidades de un futuro más equitativo y humanitario.