Recepción: 7 de enero de 2024
Aceptación: 9 de enero de 2024
Panoramas de las antropologías mundiales
Gustavo Lins Ribeiro (ed. Gral.), Carmen Bueno Castellanos, Hilary Callan, Virginia García Acosta y Laura R. Valladares (eds.), 2023 CIESAS/UAM-I/UAM-L/ Universidad Iberoamericana, México.
Los dos volúmenes que componen este libro presentan, en lengua castellana, las contribuciones de 35 autores acerca de las antropologías de sus respectivos países, más una introducción del editor brasileño Gustavo Lins Ribeiro y un capítulo sobre el enfoque “Antropologías del mundo” del colombiano Eduardo Restrepo. El cuerpo de la obra consiste en 27 capítulos sobre naciones, dos sobre regiones político-continentales (África subsahariana y Europa postsocialista) y uno sobre una región subnacional (Siberia), además de un capítulo inicial acerca del lugar de la disciplina en la Unesco, una institución global en sus propios términos. Estos artículos fueron redactados por varios autores convocados hace algunos años por el mismo Lins Ribeiro para componer la línea “Antropologías del mundo” de la magna obra a cargo de Hilary Callan, la International Encyclopedia of Anthropology, publicada por Wiley & Sons en 2018. A lo largo de sus doce volúmenes, la antropología de los países seleccionados se intercala en estricto orden alfabético con “entradas” temáticas relativas a la alimentación, la economía, la política, las artes y la religión, el conflicto, la antropología pública y una cuidadosa selección –también a cargo de Lins Ribeiro– llamada “Biografías”, con notables colegas de todo el mundo: p. ej., el brasileño Roberto Cardoso de Oliveira, la argentina Esther Hermitte, la india Irawati Karve, el sudafricano Archie Mafeje, el mexicano Ángel Palerm, el japonés Tadao Umesao, junto con los renombrados próceres de la antropología noratlántica: Franz Boas, Max Gluckman, Edmund Leach, Claude Lévi-Strauss, Bronisław Malinowski, Marcel Mauss, Alfred R. Radcliffe-Brown, Victor y Edith Turner, así como de destacados influencers (hoy los llamaríamos así) del pensamiento antropológico, como Karl Marx, Friedrich Engels, Antonio Gramsci y hasta Immanuel Kant y Adam Smith.
Gracias a la generosa decisión de Lins Ribeiro, Hilary Callan y las editoras Carmen Bueno Castellanos, Virginia García Acosta y Laura R. Valladares, nos encontramos frente a una selección que, en castellano, puede transformarse en una potente usina de imaginación antropológica.1 Quienes hace mucho tiempo nos dedicamos a desentrañar cuáles son las particularidades de nuestras antropologías, nos hemos limitado a reconocer las diferencias y similitudes regionales y, más o menos implícitamente, a contrastar (y a acoplar) nuestros quehaceres con las antropologías metropolitanas: hoy la norteamericana, francesa y británica; hace un siglo las de habla germana e italiana. Y pese a que, ya entrado el siglo xxi, damos muestras de haber empezado a entender que las antropologías que llamamos “clásicas” son, a su vez, respuestas locales y nacionales a procesos históricos, políticos y sociales, quienes hacemos, pensamos, escribimos y enseñamos antropología desde “el resto del mundo” nos hemos empecinado en concebirnos como la cara oscura de la luna.
Ahora bien, el pasaje que va desde las entradas dispersas en los 12 volúmenes de la Encyclopedia, con sus diversas temáticas en orden alfabético, a solo un par de volúmenes en los que se discriminan, unas tras otras, nuestras antropologías reales existentes y por derecho propio no es trivial. Resulta en un producto que se deja abordar desde distintos ángulos y dimensiones. Propongo, en estas pocas páginas, avanzar en un ingreso a esta obra que sea propiamente antropológica, es decir, respetando la paradoja fundante de nuestra disciplina: la diversidad en la unidad del género humano… y sus antropologías.
En primer lugar, los editores de Panoramas… agruparon las entradas por región global (Asia y Oceanía), continente (África, las Américas) y subcontinente (Europa occidental, Europa oriental, Escandinavia). En su interior, ordenaron alfabéticamente cada una de las secciones nacionales (Argentina, Brasil…). Asimismo, transformaron esas entradas del inglés al castellano.2 Este material, discriminado en capítulos que se suceden unos a otros, pone al alcance de quienes leemos, hablamos y pensamos en castellano, una especie de “todo lo que usted siempre quiso saber sobre la antropología en otras partes”. Como si fuera un museo, desde sus vitrinas variopintas donde todo parece al alcance, hasta lo más extraño. Una paleta de pintor. Un muestrario interesante. ¿Una caja de herramientas?
Uno de los primeros efectos de lectura de la reunión y traducción de piezas escritas en inglés sobre antropologías que nos resulta(ba)n exóticas es, precisamente, la proximidad, el ingreso de esas antropologías a nuestra mesa cotidiana o, de manera más concreta, al menú de lo posible: pollo, pasta, pero también arroz, cerdo, taro, frijoles, pan y chocolate. Acaso un nuevo paso que nos permite relativizar aquello de que Globalización solo se escribe y se comprende en inglés, como Globalization.
Sus lectores advertimos, en el transcurso de los capítulos, que la antropología ha nacido, ha sido, es y, al parecer, seguirá siendo una disciplina eminentemente global. Los colonialismos fueron las cunas de una disciplina que se fue haciendo para pensar y estudiar a la humanidad a través de sus salvajes (¿por lo indómitas, persistentes, rebeldes, siempre amenazantes?) diferencias. Así, quienes hemos practicado la antropología hemos generado discursos de lo que Lins Ribeiro llamó “cosmopolíticas”. La “Introducción” y el capítulo de Restrepo con el de Nuria Sanz sobre la antropología en la Unesco presentan algunas reflexiones al respecto. Pero, además, esas cosmopolíticas pueden rastrearse en todos y cada uno de los capítulos, tanto en los regionales y epocales, como en el subnacional de Siberia y los estrictamente circunscriptos a los Estados nacionales. “La unidad del género antropológico” tiene distintas formas de expresarse y distintas vías para reconocerse. Están las rutas de la colonización, tanto la ultramarina como la “ultraterrestre” (a las estepas siberianas o hacia los oestes de la vasta América del Norte y de la amazónica América del Sur). Están los problemas que esos caminos viabilizan y denuncian, como la trata de esclavos, el trabajo por contrato (indentured labor) y las migraciones de pueblos a través del Mediterráneo, Centroamérica y México, los refugiados del Cercano Oriente y los migrantes misionales a las tierras prometidas. Están las tradiciones nominativas que circulan como l’ethnologie, la etnología, el Volkskunde y el Volkerkunde, el folclore y la Cultural Anthropology, entre otros posibles. Están, también, los tránsitos autorales de los colegas que emigran de manera permanente o pasajera, como Boas, Malinowski y Radcliffe-Brown a los ee. uu., Lévi-Strauss al Brasil o Johannes Fabian al Congo, y están los que se trasladan a través de sus obras.
El mundo es más pequeño que el efecto hipnótico de su vistosidad diversa. La multiplicidad de “entradas” en estas 790 páginas permite descubrir, por su contigüidad editorial, cómo emergen las antropologías subsaharianas en las latinoamericanas (y viceversa), la antropología soviética en la antropología del este europeo y en la latinoamericana, la antropología india en la estadounidense y, sobre todo, las antropologías euro-occidentales en las del “resto del mundo”. Esta perspectiva, relativamente escasa en nuestros trabajos, podría tener a Panoramas… como su punto de partida o, al menos, de inspiración.
Ciertamente, no podemos ni deseamos evitar la atracción fatal de la diversidad. Pero ¿qué queremos decir exactamente con dicho término? Más aún: ¿cómo aplicamos el bagaje de conocimiento antropológico para entender las “antropologías mundiales”? La diversidad se manifiesta en autores, denominaciones; también en problemas u objetos antropológicos, conceptos, líneas teóricas, tradiciones, dinámicas institucionales, sedes, sistemas de difusión y comunicación al interior de esos países. Es todo aquello que contribuye a lo que Roberto Cardoso de Oliveira llamó “estilos” y que no nos limita a ser, ni a comportarnos, ni a concebirnos como meras réplicas periféricas de las antropologías del centro (Cardoso de Oliveira y Ruben, 1995).
Sin embargo, diversidad es más que lo que cada antropología nacional tiene y produce (para el mercado mundial del conocimiento antropológico y sus cosmopolíticas). Es, además, sus “venas abiertas”, como decía Eduardo Galeano, con todo y sus heridas. Las guerras, las persecuciones, las catástrofes “naturales”, la destrucción del ambiente, las revoluciones y las dictaduras, modelan a los pueblos y son modeladas por ellos. Entonces, también modelan a sus antropologías, como la Revolución mexicana, el estalinismo, la guerra del Pacífico, el apartheid. Las heridas históricas son verdaderas parteras de las tradiciones antropológicas, los alineamientos académicos y los combates institucionales… a través de la letra escrita, la diatriba y el golpe de salón, la purga y el exilio. Y porque son tan padecidas y afrontadas, es decir, tan entrañables, también generan interesantes y sentidos problemas de conocimiento.
En esta perspectiva de Panoramas caben otras diversidades. Una es la que podríamos llamar las “Joyas de las antropologías nacionales”, que son sus personalidades reverenciadas, algunas caídas en desgracia, otras malditas y reivindicadas, algunas señeras, otras apócrifas, las superadas y las aún vigentes. ¿Cómo y por qué ascendieron y cayeron? ¿Cuáles eran sus redes, sus plataformas de lanzamiento, sus alianzas nacionales e internacionales, sus relaciones académicas y políticas? ¿Cuáles sus campos etnográficos, sus nociones predilectas, sus principales obras y sus encuadres en las distintas ramas antropológicas? ¿En virtud de qué planteos, internos o externos, fueron debatidas? ¿Cómo intervinieron en sus trayectorias bien o mal habidas las construcciones institucionales y las facciones estatales?
Otra diversidad es la temática, inscripta en las agendas antropológicas nacionales, regionales e internacionales. Hay cuestiones que vienen envasadas desde las antropologías noratlánticas, pero hay otras que resultan de preocupaciones culturales, políticas y humanitarias más acotadas o que resultan de la apropiación y la nativización de agendas metropolitanas, de época y de coyuntura. Feminismo, derechos humanos, desertización, racismo, ethnos, derechos indígenas, no significan lo mismo ni se practican igual en distintos países y a través de los tiempos.
Otra diversidad interesante que muestran estos capítulos es tan obvia que a menudo nos resulta invisible: la relación entre nuestras antropologías y nuestros Estados (nacionales, departamentales, provinciales y locales). Podríamos incluir allí cómo afectan a las antropologías los cambios en la orientación partidaria –como en el este europeo socialista–, en el cambio de régimen –democrático, autoritario– y en el cambio de gobierno. También podríamos reparar en cuáles agendas antropológicas corresponden, se desarrollan o abortan debido a las agendas de nuestros Estados, y cómo se relacionan con ellos nuestros campos, teorías, prácticas y problemas antropológicos.
Otra diversidad la exhiben los mismos autores de cada capítulo, colegas que en general se han hecho antropólogos en los países sobre los que escriben. Cada uno ostenta distintas pautas de historización (tiempo, causalidad, sentido), distintos criterios para justificar la selección de sus personalidades más relevantes y para caracterizar las particularidades de su/s antropología/s nacional/es y subnacionales. En relación con ello, resulta significativo cotejar los modos en que los autores describen y, por consiguiente, explican sus propias historias disciplinares, cuáles son los alineamientos políticos y académicos y quiénes los más empecinados contendientes.
Panoramas de las antropologías mundiales nos permite salir del noratlántico-centrismo y nos inscribe en los procesos más generales de nuestras realidades socioculturales y político-económicas, así como en los ciclos biográficos y autorales de nuestros colegas; nos ayuda a aprender cómo, en otros contextos, se han resuelto o, al menos, enfrentado distintos problemas de conocimiento y supervivencia que ahora nos afectan (¡la caja de herramientas!); nos permite analizar la relación entre nuestras antropologías y los avatares históricos, pero no como determinaciones, sino como posibilidades en los diálogos de múltiples efectos en las selecciones temáticas, en los perfiles profesionales, en las elaboraciones teóricas, en las prácticas de campo, en las formulaciones de cada hallazgo y, seguramente, en los caminos que recorren nuestras producciones. También nos conduce a visualizar cómo se organizan nuestras antropologías y cómo se clasifican internamente y en relación con otras antropologías y con otras disciplinas. Pero, sobre todo, nos empuja hacia la comprensión de cómo pensamos y hacemos “antropologías de carne y hueso” en nuestros países, con nuestras cuestiones políticas, con nuestros recursos materiales e inmateriales.
En suma, Panoramas de las antropologías mundiales se nos ofrece como una cantera dispuesta a ser explorada siguiendo la práctica ineludible de nuestra disciplina: la comparación. Y esto no solo con los países inmediatamente vecinos, ni con los países de influencia antropológica global; también con las antropologías de las otras secciones de este libro. Así, en el pasaje de lo que las antropologías tienen en común hacia lo que las distingue, podríamos reintegrarnos a nuestra globalización con un conocimiento más genuinamente universal (Peirano, 1995) y menos noratlántico-céntrico.
Más que historias, raccontos, relatos, compendios, cronologías, enumeraciones, las entradas nacionales, regionales y subnacionales de Panoramas son una invitación al ejercicio antropológico sobre las antropologías, un espejo que refleja una imagen única y múltiple a la vez, poblada de distintos acentos, coloraciones y entornos, algunos ignorados, la mayoría inesperados, todos bellamente bienvenidos.
Amid Talai, Vered (ed.) (2004). Biographical Dictionary of Social and Cultural Anthropology. Londres/Nueva York: Routledge.
Bonte, Pierre y Michel Izard (dirs.) [1991] (2013). Dictionnaire d’ethnologie et anthropologie. París: puf.
Boscovich, Aleksandar (ed.) (2008). Other People’s Anthropologies. Ethnographic Practice on the Margins. Nueva York: Berghahn Books.
Callan, Hilary (ed.) (2018). International Encyclopaedia of Anthropology. Nueva York: Wiley & Sons. 12 vols.
Cardoso de Oliveira y Guilhermo Ruben (orgs.) (1995). Estilos da antropología. Campinas: Unicamp.
Didier, Béatrice; Antoinette Fouque y Mireille Calle-Gruber (dirs.) (2013). Le Dictionnaire Universel des Créatrices. París: Édition des Femmes. 3 vols.
Lins Ribeiro, Gustavo y Arturo Escobar (eds.) (2006). World Anthropologies. Disciplinary Transformations within Systems of Power. Londres/Nueva York: Berg Publishers.
Peirano, Mariza (1995). A favor da etnografía. Río de Janeiro: Relumé Dumara.
Poole, Deborah (ed.) (2008). A Companion to Latin American Anthropology. Oxford: Blackwell.
Rosana Guber es doctora en Antropología Social e investigadora superior conicet, Argentina. Investiga antropológicamente las antropologías argentinas, la guerra de Malvinas/Falklands (1982) y el método etnográfico. Es autora de El salvaje metropolitano (1991), Etnografía: método, campo y reflexividad (2001), De chicos a veteranos (2004), La articulación etnográfica (2013), Experiencia de halcón (2016), así como organizadora y autora de los volúmenes Trabajo de campo en América Latina (2018), Mar de guerra (2022) y, con Lía Ferrero, de Antropologías hechas en la Argentina (2021-2022). Dirige la Maestría en Antropología Social ides-eidaes/unsam, y codirige la Diplomatura Internacional en Teorías Antropológicas de América Latina y el Caribe (ditalc) de la Universidad Alberto Hurtado Chile y la eidaes/unsam, Argentina.