Recepción: 13 de marzo 2017
Aceptación: 20 de abril 2017
Las transformaciones de los exvotos pictográficos guadalupanos (1848-1999)
Margarita Zires, 2014 Iberoamericana Vervuert, España, 342 pp.
Este libro contiene siete capítulos, cinco de autoría única y dos en colaboración con otros autores. De sus líneas, los estudiosos de los discursos pictóricos y narrativos pueden aprender de las diferentes herramientas apropiadas por Margarita y sus colaboradores para encontrar diferentes respuestas a qué expresan y comunican los exvotos, trascendiendo las motivaciones propias de los fieles y creyentes.
Este libro tiene la cualidad de ser generoso con la historia popular, al incluir un cd con las imágenes de los exvotos que pertenecen a la Basílica de Guadalupe, con lo cual deja un testimonio histórico del invaluable material iconográfico que permite estudiar las transformaciones en un largo periodo de tiempo de las culturas devocionales, de las aflicciones personales, de las maneras de representar lo divino y lo terrenal, de los códigos artísticos de autores y de épocas, de variedad de estilos estéticos, de estructuras de clasificación que nos permiten abordar las interacciones entre lo santo y lo profano. En fin, la colección de exvotos fotografiados y digitalizados nos da acceso abierto y gratuito a un cúmulo de saberes y representaciones susceptibles de ser analizados para comprender la historia del sentir católico popular de México a lo largo de un siglo y medio.
Los exvotos son materiales pictográficos que fueron realizados para pedir, agradecer y atestiguar el poder milagroso (Faser, 2000), en este caso de la Virgen de Guadalupe. Su práctica ritual se lleva a cabo dentro de un sistema de prácticas votivas que suceden en el sistema de la religión popular católica. Pero además de este sentido original, los exvotos han sido valorados por los coleccionistas y amantes del arte como obras estéticas (de ello da cuenta la colección de Frida Kalho), pero también han sido considerados por antropólogos e historiadores como testimonios de época (véanse los trabajos de Patricia Arias y Jorge Durand, 2003). En este libro Margarita Zires los retoma como textos sociales susceptibles de ser interpretados y analizados como géneros discursivos.
Margarita Zires, como buena comunicóloga, fotografió cuidadosamente un total de 1 094 exvotos existentes en la colección del museo de la Basílica guadalupana. Posteriormente los catalogó distinguiendo tradicionales de no tradicionales, antiguos de modernos. Luego, los ordenó cronológicamente (desde el más antiguo fechado en 1848 hasta los de finales del siglo XX) y los categorizó temáticamente, reconociendo 40 campos. Más tarde, seleccionó un corpus para realizar análisis particulares que se adaptaban al estudio de temas variados. Además, reconoció tipos de retóricas, diferentes materialidades, temas recurrentes, estilos artísticos de las épocas, imaginarios y formas expresivas. La metodología que siguió la investigadora es exhaustiva. Pero lo más sorprendente fue que Margarita fue capaz de leer en la secuencia de exvotos las afectaciones de la modernidad y de su subsecuente secularización. La observación metódica de los exvotos fue una fuente de teorización para establecer una hipótesis que empata con la de la más prestigiada socióloga de la religión contemporánea; me refiero a Danièle Hervieu-Léger (2004), quien al igual que Zires planteó que con la modernidad la presencia eclesial se fue debilitando, a la par que fue creciendo la individuación de las formas de creer y practicar la religión. Las dos llegaron a conclusiones similares, Hervieu-Léger analizando encuestas, y Zires mediante el análisis de la enunciación de láminas pintadas. Desde ahí, también logra contravenir las teorías sociológicas de la religión que planteaban la causalidad de que, a mayor industrialización y urbanización, se experimentaría un declive de lo religioso (Wilson, 1966); cuando lo que los exvotos mostraban era que estos fenómenos condujeron a las transformaciones y variaciones de las prácticas votivas, mas no a su desaparición o desuso.
El exvoto ha venido transformándose a lo largo de su historia. Primero al modificar su materialidad, llegando en el presente a suplir la lámina por fotografías instantáneas. Lo que sí perdura es que el exvoto continúa siendo un testimonio de fe y de agradecimiento por el milagro recibido y, por tanto, pretende generar verosimilitud en las distintas formas de confirmar el milagro. A través de su análisis, la investigadora logró detectar los temas recurrentes en los que la Virgen de Guadalupe intercede para realizar milagros. Por ejemplo, se especializa en curar enfermedades, librar cirugías delicadas y sobrevivir a los accidentes graves (caídas, atropellamientos, choques, hasta naufragios). También la Virgen aparece en los retablos acompañando y ayudando a los que sufren a consecuencia de las injusticias, sea para liberarlos de las cárceles o para regresar con vida después de las batallas, las revoluciones y las guerras. A la Guadalupana no se le pide ni agradece para auxiliar a la migración, como sí se hace a la Virgen de San Juan de los Lagos (Calvo, 2001).
Las formas de narrar pictóricamente los dramas expresan convenciones sociales o metonimias, que son usadas para narrar el milagro inserto en las escenas de la vida cotidiana: una enfermedad se representa con una cama; una cirugía o los accidentes expresan el dramatismo plasmando el momento de la caída. La imagen de la Virgen de Guadalupe aparece en la mayoría de los exvotos tradicionales estableciendo un puente entre lo que está separado, pero a la vez establece una marcada distinción entre los planos celestiales y sobrenaturales y el mundo terreno donde transcurren las tragedias. Nos dicen Margarita Zires y Yael Merino, en la introducción del capítulo 4, que
El exvoto narra milagros obtenidos y, en menor medida, solicitados. Su función principal es dar testimonio de un hecho sobrenatural, es pregonar el poder inmenso de una figura religiosa, en este caso de la Virgen de Guadalupe; es relatar que alguien más ha sido auxiliado, es contar que alguien ha sido elegido por ella. Sin embargo, el exvoto no se reduce a ellos. Al contar milagros, narra otro tipo de eventos al mismo tiempo: relata historias de la vida cotidiana y de los percances que sufre el devoto de la Virgen; en algunos exvotos se puede ver cómo eventos históricos han afectado la vida del creyente (p. 159).
Con todo, a los autores les interesa dar cuenta de la historia de las mentalidades y a la vez detectar los géneros y las reglas discursivas con que éstas se narran para producir dramatismo, sea con el recurso de las metonimias visuales o con los recursos textuales que aparecen en los adjetivos presentes en las leyendas de los exvotos. Por ejemplo, el estudio diacrónico de las transformaciones del exvoto permite constatar que las épocas marcan diferentes preocupaciones, mostrando que la modernidad introduce nuevas angustias que tienen que ver con la necesidad de lograr ascenso social mediante estudios y éxitos profesionales; o la manera en que los medios de transporte ocasionan nuevos peligros cotidianos.
El último capítulo, el 6, está escrito en colaboración con Cecilia Penasetti; en él resaltan las mediaciones gráficas, tipográficas y narrativas entre el exvoto y la fotografía, que incluye nuevos estilos y objetos votivos: los discursos burocráticos (por ejemplo, los certificados), los periódicos y revistas, el cine, la televisión y hasta el cómic, que influyen en los cambios que experimentan los exvotos más contemporáneos en su necesidad de generar verosimilitud. En este renglón, vuelven a recolocar la teoría de la secularización que permea la esfera del mundo religioso, cada vez menos autónoma y diferenciada de los medios de comunicación y las industrias culturales, pues como señalan las autoras, “las nuevas tecnologías comunicativas los siguen impactando, contribuyendo a su transformación y redefinición social” (p. 309).
El contenido de este libro nos permitiría seguir abundando en la riqueza de los exvotos como materialidad comunicativa para el estudio de la historia cotidiana de los mexicanos, de las ansiedades y los problemas que según las épocas experimentan los fieles católicos, de las maneras de pedir y agradecer milagros, de las mentalidades, de las formas populares de comunicar, y de los regímenes que modulan las maneras de narrar, plasmar y ante todo hacer creíble el milagro. Estoy segura que las múltiples aristas analíticas que Margarita y sus colaboradores ejercitan en el libro responderán a diversas inquietudes de quienes se adentren al placer de leer y contemplar las páginas de este maravilloso libro.
Arias, Patricia y Jorge Durand (2002). La enferma eterna. Mujer y exvoto en México, siglos XIX y XX. Guadalajara: Universidad de Guadalajara.
Calvo , Thomas (2001). “México en un espejo. Los exvotos de San Juan de los Lagos (1870-1945). Textos de Thomas Calvo” Historia Mexicana, vol. LI, núm. 1, México: El Colegio de México, pp. 198-201.
Faser, Gloria (2000). “El arte de la devoción”. Artes de México, núm. 53, pp. 8-23.
Hervieu-Léger, Danièle (2004). El peregrino y el convertido. La religión en movimiento. México: Ediciones del Helénico.
Wilson, Bryan (1966). “La religión en la sociedad secular”, en Roland Robertson (comp.), Sociología de la religión. México: Fondo de Cultura Económica, pp. 127-137.