Recepción: 17 de mayo de 2023
Aceptación: 20 de mayo de 2023
El espíritu interdisciplinario se ha convertido en una aspiración y en un cliché, más que en una realidad, pues son muy pocos los investigadores que lo han conseguido. Uno de ellos es Claudio Lomnitz Adler, profesor de Antropología en la Universidad de Columbia en Nueva York y un reconocido antropólogo que ha desarrollado una extraordinaria trayectoria multifacética. Lomnitz ha sido merecedor de importantes distinciones como el premio otorgado en 2015 por la Latin American Studies Association al Mejor Libro en las Humanidades por The Return of Comrade Ricardo Flores Magón; el Premio Antonio García Cubas, 2006 y 2019; la invitación por un año al Wissenschaftskolleg zu Berlin y el Premio de la Fundación Alexander von Humboldt 2016, en Alemania; además de su ingreso a El Colegio Nacional el 5 de marzo de 2021.
Tuve la oportunidad de entrevistarlo en Guadalajara el 19 de abril de 2023 para Encartes y decidí centrar la charla en sus reflexiones sobre los retos, los dilemas y las paradojas de producir conocimiento antropológico en la intersección de distintos campos y con diferentes lenguajes y repertorios. Lo que destaco de la entrevista es que permite adentrarnos en los modos de hacer o, como lo nombraba Jorge González, de entrar hasta la cocina, no para conocer las recetas, sino los modos como se prepara una antropología en diálogo con otras disciplinas y estar presente y vigente en el debate público de los problemas actuales de México. Esta entrevista rescata una perspectiva fenomenológica de su propia trayectoria como investigador.
La obra publicada de Claudio es muy vasta y aborda una amplia gama de temas. Aunque es considerado uno de los mejores antropólogos contemporáneos mexicanos, nadie duda en identificarlo también como historiador. Es conocido más allá del medio académico, pues es un intelectual y un creador artístico. Claudio vive en continuo movimiento, no es de aquí ni es de allá, y a pesar de ser hijo de la diáspora chilena y de tener muchos años viviendo en Estados Unidos, sus libros y publicaciones siempre muestran que lleva al México profundo en su corazón y en su tinta. Incluso podría decirse que es una especie de embajador académico de México en los Estados Unidos, primero como codirector del Programa de Estudios Mexicanos de la Universidad de Chicago (con el historiador de la Revolución mexicana, Friedrich Katz), posteriormente como director del Programa de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chicago y director del Centro para el Estudio de Etnicidad y Raza de la Universidad de Columbia y, finalmente, como fundador y director del Centro de Estudios Mexicanos en esa misma institución.
Claudio escribe libros, y no son pocos. Entre ellos resaltan Las salidas del laberinto. Cultura e ideología en el espacio nacional mexicano (1999), Modernidad indiana: nueve ensayos sobre nación y mediación en México (1999), Idea de la muerte en México (2006), El antisemitismo y la ideología de la Revolución mexicana (2002) y El porfiriato y la Revolución en la historia de México: una conversación (2011). Varios de sus libros han recibido importantes premios. Lomnitz fue nombrado editor de la revista académica Public Culture. Además, es articulista en el periódico La Jornada y ensayista en la revista Nexos, para la que ha escrito un ensayo mensual desde 2014 hasta la fecha. Ha incursionado también en la radio. Por si fuera poco, con su hermano Alberto, ha escrito guiones de teatro: Alberto Bulnes1 y la obra musical La gran familia (2018). Asimismo, recibió el premio del Festival de Teatro y Artes de la Calle. De Claudio se puede decir que es un académico-intelectual-creador, esto es, alguien versátil que no acepta clasificaciones ni se deja encuadrar en temas, menos en estilos.
En la primera parte de la entrevista nos dedicamos a platicar sobre su libro Las salidas del laberinto. Cultura e ideología en el espacio nacional mexicano (1999), que fue su tesis de doctorado y que es ya un clásico en la antropología.
Antes de conocer personalmente a Claudio tuve la oportunidad de leerlo en 1994. En ese tiempo yo estudiaba el doctorado en Ciencias Sociales y mi maestro Guillermo de la Peña nos compartió el borrador de su tesis que después fue publicada en México. Por fortuna me tocó hacer la presentación de su propuesta en el seminario, así que lo leí de cabo a rabo. Recuerdo que me pareció atrevido el que Claudio utilizara un estudio antropológico sobre la región del estado de Morelos para cuestionar la visión psicoanalítica del famoso ensayo El laberinto de la soledad de Octavio Paz (2021). También llamó mi atención lo ambiciosa que era su propuesta metodológica, una útil herramienta analítica para establecer relaciones entre varias modalidades de cultura, como la distinción entre la cultura íntima y la cultura de las relaciones sociales. Mientras planeaba el guión de la entrevista pensé en que quizá podría encontrar mi reseña de lectura en los archivos encriptados de alguna antigua computadora. La busqué y la busqué y, después de varios intentos, la encontré.
Al leer mis notas, me sorprendí por la complejidad de su propuesta. “No es el típico estudio etnográfico en el que los relatos y las descripciones hablan por sí solas. Es un tratado que propone un esquema teórico relacional del funcionamiento de la cultura, el poder, la vida íntima, las relaciones sociales en la estructuración del espacio articulado como región por el poder, la memoria y la cultura. Es una especie de cartografía para desentrañar los sentidos de la cultura siempre en tensión y una reconfiguración en la interacción de lo que él denominó cultura localista (ideología de las relaciones sociales) y las culturas íntimas”. Al volver a leer mis apuntes me di cuenta de que su propuesta era similar al cubo de Rubik (el cubo de cuadritos de colores) que, al girarlo, permite tanto establecer coincidencias y secuencias, como diferenciaciones.
Encuentro en su propuesta un dinamismo poco usual que brinda la combinación entre la antropología estructural y la genealogía histórica para atender procesos en los que se articulan y desarticulan las relaciones entre distintos tipos de capital cultural y el poder. Les comparto una de mis notas que reflejan mi perplejidad ante su propuesta:
“La ideología juega un papel clave en la construcción de la cultura de las relaciones sociales y en la construcción de la identidad grupal hacia afuera de las culturas íntimas. Para poder atender este concepto hay que detectar los lugares de tensión y coincidencia entre las ideologías localistas y la cultura de las relaciones sociales. La ideología localista se refiere a la reformulación y construcción de fronteras de identidad de grupos: es la construcción ideológica de la identidad grupal” (apunte De la Torre, 1994).
Considero que el aporte principal de este libro es que reconoce la importancia del estudio antropológico para entender asuntos más amplios y decisivos, como es la producción del nacionalismo. Por ello la primera parte de la entrevista ofrece una reflexión sobre cómo fue que Claudio –siendo un joven estudiante de doctorado– concibió esta propuesta teórica metodológica tan elaborada, tan poco común en las tendencias inductivas y descriptivas de la antropología clásica. ¿Cuáles fueron sus influencias? ¿Cómo es que lo concibió? Y, casi 30 años después, ¿qué opina sobre su propio trabajo?
Otro tema en el que se centró la entrevista fue la contribución que Claudio ha tenido como intelectual en el ámbito social más amplio. Hace pocos años escribió un artículo en la revista Nexos en el que exhortaba a que los académicos saliéramos de nuestros cubículos y comunidades de sentido restringido y que hiciéramos un esfuerzo por acceder e influir en el debate público. Esta faceta de Claudio de investigador y a la vez intelectual es poco ejercida por los académicos, sobre todo por los antropólogos, que nos mantenemos con lenguajes y comunidades de sentido restringido. El común denominador de la población no sabe qué es un antropólogo, y menos aún para qué puede ser útil. Incluso, creo que varios antropólogos no tienen claro el valor de su producción de conocimiento y cómo influye en la sociedad.
Lomnitz comparte en esta entrevista aquello que lo incentiva a salir de las fronteras cómodas de las comunidades académicas. Uno de los temas tratados fue el papel destacado que tuvieron los antropólogos en la primera parte del siglo xx en México y que después, durante los años ochenta y noventa, se fue desvaneciendo. El antropólogo no figura como el analista social contemporáneo, aun cuando las transiciones y cambios culturales que se viven actualmente serían mejor comprendidos desde enfoques culturales fenomenológicos, y no solo desde perspectivas economicistas.
Asimismo, retomando su célebre libro sobre antropología de los muertos y de la muerte nos platicó sobre la genealogía histórica de la invención de la identidad mexicana vinculada a la muerte, pero también reflexiona sobre lo que tiene que decir su obra y la antropología en general para entender culturalmente las problemáticas vinculadas con las culturas de la muerte. Reconoce que México experimenta una violencia desatada con nuevos rituales y simbolizaciones sobre la muerte, en la que, por un lado, esta se caricaturiza y se convierte en espectáculo, y, por el otro, abundan los feminicidios, las desapariciones forzadas, lo que la antropóloga Rossana Reguillo (2021), retomando a Achille Mbembe, ha definido como necropolítica (muerte poblacional programada desde el Estado). En la entrevista, Lomnitz trae al presente la cultura de la muerte para reflexionar sobre las maneras en que, desde la tradición acumulada y apropiada, los pobladores pueden simbolizar, mitificar y ritualizar la muerte y a sus muertos de cara a la situación de extrema violencia que vivimos en la actualidad.
Otro tema que abordamos fue lo complicado que es en la práctica combinar la creatividad con el rigor académico. Claudio nos habla sobre la experiencia de colaborar con su hermano en la creación de una obra de teatro en la que él aportó el guion histórico basado en investigaciones previas. Aunque parezca fácil, en la práctica es un ejercicio que requiere de negociaciones entre las formas de escribir, entre la fluidez y la exigencia descriptiva propia de la antropología o contextual de la historia.
Finalmente, también se tocó el tema de la importancia de emprender diálogos con otras disciplinas, como fue el ejercicio que dio origen a su más reciente libro El jurista y el antropólogo. Conversaciones desde la curiosidad (2022), en el que conversa con José Ramón Cossío a partir de las diferentes formas de entender, interpretar y nombrar el mundo que vivimos. En la plática, Claudio nos comparte qué es lo que tiene que aprender la antropología del mundo jurista y qué enseñarle a los abogados para que legislen de otra manera o para que entiendan el derecho. Dialogar exige no solo compartir saber, sino también la aceptación de la ignorancia como fuente de la curiosidad para conocer al otro. En esta obra hay un cambio de actitud que se antoja necesario para ampliar el conocimiento académico, motivo por el que conversamos sobre esa actitud y sus cualidades o virtudes.
Lomnitz, Claudio (1999). Las salidas del laberinto. Cultura e ideología en el espacio nacional mexicano. México: Planeta.
— (1999). Modernidad indiana. Nueve ensayos sobre nación y mediación en México. México: Planeta.
— (2002). El antisemitismo y la ideología de la Revolución mexicana. México: fce.
— (2006). Idea de la muerte en México. México: fce.
— y Friedrich Katz (2011). El porfiriato y la Revolución en la historia de México. Una conversación. México: Era.
— Alberto Lomnitz y Leonardo Soqui (2018). La gran familia (1ª ed.). México: Universidad Autónoma Metropolitana.
— y José Ramón Cossío (2022). El jurista y el antropólogo. Conversaciones desde la curiosidad. México: Debate.
Reguillo, Rossana (2021). Necromáquina. Cuando morir no es suficiente. México: ned/iteso.
Paz, Octavio (2021). El laberinto de la soledad. México: fce.
Renée de la Torre Castellanos es doctora en Antropología Social por el ciesas y la Universidad de Guadalajara. Miembro del sni nivel iiiy de la Academia Nacional de la Ciencia. Es profesora-investigadora del ciesas Occidente, en Guadalajara, México. Es cofundadora de la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en México (rifrem). Durante su carrera de investigación se ha dedicado al estudio de la diversidad religiosa en México; al estudio de los nuevos movimientos religiosos; a la emergencia de las espiritualidades alternativas como son el new age y la neomexicanidad y, más recientemente, ha investigado sobre las dinámicas de transnacionalización de las danzas rituales aztecas y de la religiosidad popular. Ha presentado más de una decena de exposiciones de fotografía etnográfica. Entre sus publicaciones más recientes destaca el libro Variaciones latinoamericanas del new age. México: ciesas, 2013 (traducido al inglés New Age in Latin America. Popular Variations and Ethnicity Appropriations, Brill, 2016). Es autora de “Ultra-baroque Catholicism: Multiplied Images and Decentered Religious Symbols”, Social Compass (2016); y coautora de los siguientes artículos: “Routes et sens postcoloniaux de la transnationalisation religieuse”, Tiers Monde (2016); “Religious Studies in Latin America”, Annual Review of Sociology (2016); “El temazcal: un ritual pre-hispánico transculturalizado por redes alternativas espirituales”, Ciencias Sociales y Religión (2016) y “Religion and Rescaling: How Santo Toribio Put Santa Ana on the Global Religious Map”, Current Sociology (2016) (orcid: https://orcid.org/0000-0003-3914-4805).
Claudio Lomnitz trabaja sobre la antropología de las sociedades nacionales, experimentando con varios géneros de escritura, desde el ensayo sociológico a la dramaturgia, de la narrativa histórica al periodismo. Autor de más de una decena de libros. Ha sido profesor en universidades de México y de los Estados Unidos, y profesor invitado en universidades europeas y latinoamericanas. Se ha desempeñado como director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chicago, del Centro de Estudios Históricos de la New School for Social Research en Nueva York, así como del Centro para el Estudio de la Etnicidad y la Raza de la Universidad de Columbia, donde fundó y dirige el Centro de Estudios Mexicanos. Es profesor titular de Antropología de la Universidad de Columbia.